Ahora con la tercera ola de contagios y letalidad por Covid-19, los dedicados a la música se ven obligados a emigrar a otras profesiones como albañilería, comercio, meseros o realizar actividades de rifas de efectivo y artículos.
Manuel Salvador Valdez Venegas, secretario general de la Sección 20 CTM, informó que del 100 por ciento de músicos en la región un 80 por ciento se encuentra sin ejercer.
Mientras que el 20% restante ha logrado sobrevivir, ya que algunos de ellos alternaban el oficio artístico con sus carreras profesionales de medicina, ingeniería e incluso algunos tienen prósperos negocios de taco, aun así la demanda en contratación también disminuyó para todo el gremio en general.
Valdez Venegas subrayó que los que han logrado subsistir son las agrupaciones que tocan en fiestas privadas o en lugares como las comunidades yaquis donde sí dan permiso de hacer fiestas, siempre y cuando sean al aire libre.
Sin embargo, los músicos que tocan en bares o restaurantes de la localidad se han visto afectados por las restricciones sanitarias y que aunque han planteado ofrecer su arte musical junto con los protocolos como uso de cubrebocas, no han logrado convencer a las autoridades.
El cetemista dijo que les parece incongruente las restricciones hacia el sector musical, cuando otros lugares como la Laguna del Náinari, principalmente los fines de semana se encuentran con gran cúmulo de visitantes.
El panorama para algunos dedicados a la música es desalentador, dijo, al grado de tener que vender sus instrumentos para poder sobrevivir.
Actualmente mil 600 músicos están agremiados a CTM en la localidad, quienes en su mayoría expresan las complicaciones para ejercer su talento.