Todos los elogios que se ganara La Máquina por el pundonor mostrado ayer, en automático se convertirán en reproches por haber mostrado esa faceta tan tarde, prueba del peso del aspecto anímico en el vestidor celeste cada que enfrenta al rival amarillo.
Esta vez, un gol de Jonathan Rodríguez, su primero en todo el torneo, puso a los cementeros a soñar con el final de la paternidad y un eventual pase a la siguiente instancia; sin embargo, su gol al 48” fue insuficiente, porque luego llegaron los movimientos tácticos.
Miguel Herrera mandó a Oribe Peralta a la cancha para hacer reaccionar al América, mientras que Pedro Caixinha sacrificó inexplicablemente al “Cabecita” y Orbelín Pineda, a pesar de que fungían como los motores del cuadro cementero.
A pesar de que las Águilas fueron de menos a más, el partido terminó de manera vibrante, con La Máquina buscando desesperadamente el gol durante la compensación, incluso con un tiro de esquina en el que Jesús Corona se lanzó a rematar.
Aunque fue Pablo Aguilar quien cabeceó, Agustín Marchesín se tendió para ser héroe y detener el balón justo en la línea para decretar el 3-2 global a favor del América.