Chernobyl mexicano: El desastre radioactivo de Ciudad Juárez

Este desastre fue protagonizado por la ignorancia, indolencia, corrupción y avaricia en torno a una historia poco conocida por los mexicanos

Chernobyl mexicano: El desastre radioactivo de Ciudad Juárez

Al mencionar desastres nucleares en la historia es común pensar en Chernóbil o Fukushima. Sin embargo, pocos conocen el incidente de contaminación por cobalto-60 considerado el peor accidente nuclear de América Latina, ocurrido en Ciudad Juárez, en el norte de México, durante el año de 1983.

Aunque su magnitud no alcanzó la de Chernóbil, esta historia poco contada combina ignorancia, indolencia, corrupción y avaricia en torno a un incidente que, hasta el día de hoy, permanece "activo" y extendido por el país.

¿CÓMO SUCEDIÓ EL ACCIDENTE DE CIUDAD JUÁREZ, CHIHUAHUA?

Para empezar, esta serie de acontecimientos se remontan al mes de noviembre de 1977, marcando el inicio de una serie de eventos en Ciudad Juárez que dejaron al descubierto graves fallas en la seguridad nuclear en México.

El Centro Médico de Especialidades adquirió una unidad equipada con una fuente de cobalto-60 sin la debida autorización del Instituto Nacional de Energía Nuclear (INEN). Esta irresponsable adquisición sentó las bases para una tragedia que se desarrollaría en los años siguientes.

La unidad adquirida fue almacenada sin medidas de seguridad adecuadas, exponiendo durante seis años al personal y pacientes del hospital. En diciembre de 1983, un técnico llamado Vicente Sotelo Alardín desmanteló la unidad por instrucciones del jefe de mantenimiento del hospital, con la intención de venderla como chatarra en el Yonke Fénix.

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Al perforar el cilindro que contenía el material radiactivo, sin conocer su contenido, liberó los gránulos radioactivos en la troca y los dispersó durante su traslado, dejando un rastro de contaminación en múltiples zonas de la ciudad.

La situación alcanzó su verdadero nivel de alarma el 16 de enero de 1984, cuando un camión pasó accidentalmente frente al laboratorio Los Álamos, el mismo en el que Robert Oppenheimer había inventado la primera bomba atómica. Los contadores Geiger detectaron la radiación y las cámaras de seguridad tomaron fotografías del camión contaminado.

El gobierno de Estados Unidos inició una investigación y notificó a la Comisión Nacional de Seguridad Nuclear y Salvaguardias (CNSNS) sobre la contaminación, lo que dio inicio a un plan de rastreo que detectó severa contaminación en el Yonke Fénix y en Aceros de Chihuahua S.A. (ACHISA), cuyas instalaciones fueron aseguradas para reducir los niveles de radiación.

MEDIDAS PRECARIAS PARA ATENDER LA ALARMA NUCLEAR

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Las acciones de la CNSNS fueron improvisadas: se removieron 10 centímetros de tierra en distintas zonas, se cubrieron los metales con plásticos y se llenó la caja de una troca con concreto. Se realizó un rastreo radiológico en la carretera a Casas Grandes, detectándose niveles altos de radiación.

El 26 de enero de 1984, una camioneta contaminada fue encontrada en el centro de Juárez y trasladada a El Chamizal para evitar afectaciones a la población. Su dueño, Vicente Sotelo Alardín, proporcionó información clave sobre la contaminación.

La CNSNS estableció criterios para la demolición de construcciones contaminadas, resultando en la destrucción de 814 edificios sospechosos y para contener la contaminación, se buscó un "cementerio radiactivo", ubicándose en Médanos de Samalayuca, donde se sepultó el material radiactivo en plástico y concreto, incluyendo la troca de Vicente.

Se estima que cerca de 60 mil toneladas de acero quedaron contaminadas. Sin embargo, no se implementaron medidas de control, mantenimiento ni un programa de monitoreo ambiental adecuado.

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Miles de varillas contaminadas se distribuyeron en 16 estados de la República y en parte de los Estados Unidos. No se logró recuperar en su totalidad el material contaminado. Este suceso puso en evidencia las deficiencias en los protocolos de seguridad nuclear en México, señalando como responsable a Manuel Bartlett, entonces Secretario de Gobernación, por el deficiente manejo de la crisis.

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¿CUÁNTAS PERSONAS FUERON AFECTADAS POR LA CONTAMINACIÓN NUCLEAR EN CIUDAD JUÁREZ?

Se estima que alrededor de 4 mil personas estuvieron expuestas a la radiación, aunque la mayoría recibió dosis inferiores a 500 mrem. Algunos presentaron síntomas como enfermedades estomacales, hemorragias nasales, cefaleas y leucopenia.

De manera increíble, Vicente Sotelo y Ricardo sobrevivieron a entre 3 y 7 sieverts de radiación, más del doble de una dosis letal, sin embargo, no se registraron víctimas mortales. El Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS) debía dar seguimiento por 15 años, pero nunca concretó la tarea.

¿CIUDAD JUÁREZ SIGUE CON CONTAMINACIÓN NUCLEAR?

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En 2004, un análisis de la UNAM reveló niveles alarmantes de radiación en Samalayuca, criticando la falta de contención adecuada de los residuos. Aunque la vida media del cobalto-60 terminó en 1990, se recomienda mantenerse alejado del cementerio radiactivo.

A pesar de los esfuerzos por rastrear y sanear las áreas afectadas, la salud de la población quedó comprometida. Como solución, se construyeron cementerios radiactivos en Ciudad Juárez, el Estado de México y Mexicali, donde se almacenaron entre 70 y 115 toneladas de material contaminado. Reportes periodísticos han documentado varillas sin resguardo en el desierto de Samalayuca desde 2001.

Vicente Sotelo sostiene que nunca fue advertido sobre la peligrosidad de la unidad: "Ni un solo letrero con una calavera o algo así". Durante años fue señalado por provocar lo que hoy se conoce como el "Chernóbil mexicano".

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