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A pesar de la situación climatológica, los delincuentes aprovecharon para hacer de las suyas, primeramente, se dio una agresión armada en la colonia Miravalle, por la calle Valle Rico y Valle Hermoso, donde vecinos reportaban una persona lesionada.
Al llegar las unidades policiacas, los agentes revisaron un auto, Volkswagen Pointer, color gris; en el interior estaba un hombre que a “duras penas” se movía, por lo tanto, se solicitó de inmediato la ambulancia.
Para cuando llegaron los paramédicos de Cruz Roja, la persona ya había dejado de existir, debido a las mortales lesiones.
Respondía al nombre de Óscar Enrique B. S., de aproximadamente 35 años.
Cuando la calma al fin volvía a Cajeme, y parecía una noche tranquila, cae el segundo ejecutado, ahora en la colonia Cortinas.
El sangriento hecho sucedió a las 19:00 horas, en la calle Chihuahua, entre Fernando Montes de Oca y Juan Escutia.
Quien perdió la vida fue Guadalupe R. L., alias “El Lupillo”, quedó en el porche de un domicilio.
En el lugar no había testigos, ya que todo pasó en cuestión de segundos, además la nula visibilidad impidió ver a la gente qué clase de vehículo abordaban los presuntos sicarios.
Quedaron esparcidos numerosos casquillos de arma corta.
Minutos más tarde, se da la tercera agresión armada, en la cual no reportaron personas lesionadas, pero no se descarta que alguna persona haya sido privada de la libertad.
Esto sucedió en un domicilio de la Comisaría de Cócorit, el cual quedó rafagueado con dos tipos calibre de arma distintos.
Con todo este “tsunami” de violencia, la cifra de ejecutados en noviembre sube a 32 y en el año 374 muertes violentas.