Erika Ayón, presidenta de la Fundación Jesucristo Misericordioso, señaló que, con la nueva ubicación del comedor, se ampliaron los servicios para los 50 niños y sus cuidadores, quienes acuden a sus tratamientos del área rural desde municipios como Empalme y Navojoa.
“Reinauguramos el comedor Sulam, el cual está en la calle Guerrero frente al IMSS (donde estaban las oficinas del ISEA)” mencionó.
El lugar cuenta con una recámara conformada por nueve camas individuales, sin embargo, la intención es ampliar aún más los espacios para que los menores puedan descansar los días que acuden a sus quimioterapias e incluso pasar la noche.
Expuso que continúan solicitando el apoyo de la ciudadanía con donaciones de alimentos, ya sean frutas, verduras, carnes o latas, además de que son bien recibidos colchones, bases para cama, cobijas y abanicos.
“Gracias a las aportaciones del Programa Padrino es que los niños pueden tener un lugar seguro con sus dos comidas completas” agregó.