Hoy es el Día Mundial del Vocho, y todos los fanáticos de este automóvil se unen para compartir historias y recuerdos en torno a este icónico vehículo.
Ferdinand Porsche firmó el contrato para construir el “escarabajo” el 22 de junio de 1934, fue así como inició su construcción en Alemania, para luego continuar en otros lugares del mundo.
Hay personas que coleccionan autos, quienes suelen mantenerlo en óptimas condiciones, aumentando así su valor en el mercado.
Tal es el caso de un ejemplar del Volkswagen; un “vochito” que cuenta solo con 37 kilómetros recorridos y jamás ha sido lavado para no afectar su pintura, además de mantenerlo guardado en una bodega con poca luz para evitar que se lastimen sus vestiduras.
El vocho no esa edición limitada, ni un prototipo, es una versión común y corriente de 1964.
Este Volkswagen conserva las condiciones impecables desde su fabricación, pues solamente rodó 37 kilómetros cuando fue sacado de la agencia para llevarlo a la casa de los que serían sus dueños. Fue comprado para usarlo como “auto de refacciones”, por si el Vocho 1957 que poseían sus dueños, fallara y necesitara repuestos.
El coleccionista Rudy Zvarich compró este VW, pero nunca lo necesitó, así que lo guardó bajo una cubierta plástica. Zvarich murió en 2014 a los 87 años y le heredó el automóvil a su sobrino.
El nuevo dueño se dio cuenta que tenía en sus manos una joya de la industria automotriz, pues el “escarabajo” contaba con los folletos originales, sellos de garantía, batería original sin usar y accesorios, todo completamente nuevo.
El sobrino de Zvarich decidió vender el vehículo, en una subasta privada entre coleccionistas de esta marca de autos. Aunque la subasta fue sumamente hermética, se cree que pagaron por él un millón de dólares.
Tampoco se sabe quién fue el comprador, pero hay rumores que fue un enviado por la misma marca Volkswagen, para adquirir el ejemplar y llevarlo de regreso al museo de la firma alemana.