Un doble atentado suicida se registró uno a las afueras del Aeropuerto Internacional de Kabul, Afganistán, en la Abbey Gate, y otro en el Hotel Baro, que cobraron la vida de 60 ciudadanos y 12 militares de Estados Unidos, y dejó más de 140 heridos, entre ellos 15 soldados de EEUU; ISIS se adjudicó el crimen.
De acuerdo con fuentes norteamericanas, el ataque se da a unos días de la fecha fatal, el 31 de agosto, para que los militares estadounidenses dejen el país.
La noticia sacude a la Casa Blanca; sin embargo, el presidente Joe Biden responde sin titubeos y le envió un mensaje a Estado Islámico (ISIS): “Los perseguiremos y haremos que lo paguen”.
Asimismo, durante su discurso, el mandatario señaló que había girado instrucciones para que si necesitan refuerzos los pidan y les serán enviados.
También pidió a los jefes de las Fuerzas Armadas planeen atacar los sitios clave de ISIS, pues saben quiénes son.
En cuanto a las evacuaciones de civiles y militares (aún hay cinco mil civiles esperando en el aeropuerto) señaló que continuarían, pues los “terroristas no van a ganar”.
Por otra parte, se indicó que Estado Islámico es enemigo de los talibanes, por lo que se cree que el atentado iba dirigido a desestabilizar a los milicianos.
Además, se informó que entre las víctimas, mortales y heridas, hay ciudadanos de países aliados; sin embargo, la mayoría fueron afganos que buscaban subir a uno de los vuelos para huir.
