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Desde las 6:00 de la mañana, Brenda Chávez sale de Carbó para llegar a Hermosillo alrededor de las 7:00 horas pasadas, así comenzar a vender las pitahayas colectadas por su papá y hermano.
Por: Denisse Robles
Tiene 25 años vendiendo este tradicional fruto que se da principalmente en Carbó, y aunque este año hay pandemia, la realidad es que deben salir a vender para obtener ingresos, por lo que por más de un mes se coloca a las afueras del Mercado Municipal en la temporada.
"La venta, pues avanza, está medio apagadón, lo que sí este año se ha batallado para recolectar la pitahaya, casi no hay, no sabemos a qué puede deberse pero hay muy poca este año; hay matas que no están dando, está escasa, pero bueno hay que vender y que la gente disfrute de ella", dijo.
Mencionó que son alrededor de 150 personas los que se dedican a la pisca y venta de pitahayas tan solo en Carbó, por lo que desde hace décadas es una tradición en este Municipio esta actividad, incluso se realiza un festival, pero este no será posible este año debido a la pandemia.
La comerciante dijo que pueden traerse hasta unas cuatro cubetas de pitahayas para vender, las cuales en su mayoría se venden en el transcurso de la mañana, ya que por la cuestión de la pandemia el flujo de personas disminuye.
En promedio este fruto se vende a 8 pesos la pieza y es común ver a las personas que llegan a comprar y ahí mismo le retiran la cáscara, para poder degustar de este fruto.
Alrededor del mercado y aunque cerraron el andador, hay alrededor de 10 vendedoras de pitahayas quienes aprovechan la temporada de este fruto regional y que dura poco, por lo que hay gente que lo aprecian de sobremanera.